Diamantes de media luna

El diamante en forma de media luna, caracterizado por una estructura semicircular u ovalada con el borde recto, se utiliza habitualmente como piedra lateral. Si busca realzar una pieza con una piedra central rectangular, ovalada o de talla cojín, incorporar un diamante en forma de media luna puede aportar un toque distintivo. Cuando se le da una forma experta, un diamante de media luna exhibe un brillo consistente de extremo a extremo.

En las décadas de 1920 y 1930, el borde recto del diamante se facetó con talla escalonada, pero las técnicas contemporáneas emplean ahora la talla brillante para lograr un lado recto sin fisuras. Estos singulares diamantes talla media luna han ganado popularidad, sobre todo en los engarces de anillos, donde dos diamantes talla media luna flanquean una piedra central.

El resultado es un engaste de diamantes notablemente atractivo en el anillo. El método de talla en media luna ofrece una solución creativa para pulir diamantes con imperfecciones en una cara, realzando su valor a pesar de los atributos impecables de la cara opuesta. Al tallar el lado defectuoso, se crea una piedra de forma única de mayor valor en comparación con el diamante original. La talla media luna permite crear joyas con engarces distintivos.

Para el diamante en forma de media luna, la relación óptima entre longitud y anchura es de 2, y estos diamantes suelen venderse por parejas. Una proporción superior a 2 puede dar lugar a un aspecto "flaco", mientras que una proporción inferior a 2 puede crear un aspecto alargado y encogido. Conseguir la proporción correcta exige habilidad y experiencia, y emparejar un par de diamantes de media luna supone un reto aún más intrincado.