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Jean-Baptiste Tavernier, diamantista francés del siglo XVII

Tavernier, primer comerciante de diamantes y pionero del comercio de diamantes en el siglo XVII

Los orígenes del comercio de diamantes se remontan al siglo XVII con Jean-Baptiste Tavernier, mercader francés y gran viajero, que fue el pionero del comercio entre Europa y Asia, y más concretamente con la India. Nacido en París en 1605, Jean-Baptiste Tavernier fue primero un apasionado coleccionista antes de convertirse en comerciante de diamantes. Su padre, comerciante de mapas, pertenecía a las familias protestantes de Amberes, perseguidas en aquella época. Huyó de las persecuciones a Francia.

Tavernier destaca en el comercio de diamantes

Antes de entrar en el mundo de los diamantes, Tavernier fue un gran coleccionista de muebles, sedas y perlas, que vendía en las más grandes cortes reales. Durante sus numerosos viajes, se formó cada vez mejor en el comercio de relojes, joyas y piedras preciosas. Cabe señalar que en el siglo XVII el uso de relojes era un privilegio aristocrático. Su noble clientela ya le valía cierta distinción en el mundo del comercio y atraía cierta codicia. Para garantizar su seguridad durante sus viajes, ofrecía regalos a las personas más poderosas de los países que atravesaba para obtener a cambio su protección. Conseguía piedras en la India, las hacía montar y engastar en Francia y luego las vendía en Asia. De hecho, la India, desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo XVIII, fue la única fuente de extracción de diamantes, especialmente con las minas de Golconde.

La aparición de los diamantes en el arte en el siglo XVII

Durante el siglo XVII, el comercio entre Europa y los indios se desarrolló y se extendió gradualmente a todos los niveles de la población. En la fabricación de joyas, el metal fue dejando paso a las gemas, cuyos tamaños se multiplicaron y optimizaron. A continuación, descubrimos las innovaciones técnicas sobre la talla del diamante en varias facetas para optimizar su brillo. Por los relatos de Tavernier, sabemos que la técnica del facetado era bien conocida en los siglos XVI y XVII, tanto en Europa como en la India. En ambos continentes la técnica utilizada era más o menos similar: después de hendir y cortar, la piedra se cubría en las facetas para ocultar sus "defectos". Si los diamantes no tenían ningún defecto, bastaba con una ruleta por encima y por debajo, sin una verdadera talla, para no reducir el peso del diamante.

El diamante azul de Luis XIV

En 1668, el rey Luis XIV compró todo el magnífico cargamento traído por Tavernier durante su sexto viaje a la India: objetos preciosos, joyas, perlas y 1.083 diamantes por un total de 900.000 libras. Una pieza increíble sobresalía del resto: un gran diamante azul de un color extraordinario, "Le Bleu de France" o "Bleu de Tavernier", que se convirtió en el diamante azul de la corona francesa. Fue Jean Pittan quien tuvo el mérito de tallar este magnífico diamante a petición de Luis XIV, quien lo incluyó en la insignia de la Orden del Toisón de Oro. Representa el mayor diamante azul descubierto hasta la fecha.

Un éxito de ventas en patrimonio

A cierta edad y al final de sus numerosos viajes, Tavernier decidió publicar el relato de sus aventuras. "Los seis viajes de Jean-Baptiste Tavernier" (Les Six voyages de Jean-Baptiste Tavernier), publicado en 1676, es un best-seller que reúne al mismo tiempo relatos, notas de itinerario, costumbres y reglas comerciales que guiarán e informarán a otros mercaderes.

El último viaje del tratante de diamantes, Tavernier

Jean-Baptiste Tavernier murió en 1689 no lejos de Moscú. Es allí donde este apasionado viajero completó su último viaje y descansa en el cementerio protestante. Como explorador y pionero en el campo del comercio, su memoria ha dejado ciertamente huella. Sin embargo, nos deja mucho más que un recuerdo y anécdotas: los preciosos grabados de los 20 diamantes más grandes que trajo de la India, con formas muy extrañas y atípicas.